martes

Fabula II

Cuentan que el viejo sufí Bayacid decía a sus discípulos: «Cuando yo era joven, era revolucionario, y mi oración consistía en decirle a Dios: "Dame fuerzas para cambiar el mundo." Pero más tarde, a medida que me fui haciendo adulto, me di cuenta de que no había cambiado ni una sola alma. Entonces mi oración empezó a ser: " Señor, dame la gracia de transformar a los que estén en contacto conmigo, aunque sólo sea a mi familia." Y, ahora, que soy viejo, empiezo a entender lo estúpido que he sido. Y mi única oración es ésta: "Señor, dame la gracia de cambiarme a mi mismo." Y pienso que si yo hubiera orado así desde el principio, no habría malgastado mi vida.»

... este mundo está lleno de reformadores que no han empezado siquiera a reformarse a si mismos. ¿Cómo ser pacifista si no se respira paz? ¿Cómo hablar de la libertad si no se es espiritualmente libre? ¿Cómo predicar el amor si no se ama? ¿Qué sentido tiene exigir la justicia con palabras agresivas e injustas? ¿Cómo esperar respeto de los hijos si no se les respeta? ¿Cómo exigir a los padres cuando no se es exigente consigo mismo?

Yo me temo que muchas de nuestras peticiones de cambio del mundo no sean sino una coartada para esquivar nuestro fracaso a la hora de cambiarnos a nosotros mismos y que un alta porcentaje de las acusaciones de inhonestidad que hacemos a los demás no sean otra cosa que un autoengaño para no mirarnos en el espejo de nuestra propia deshonestidad.

Porque, además, el único modo de que cambiemos a los que nos rodean es conseguir que nuestro cambio irradie. Un hombre en paz consigo mismo no necesita hablar de la alegría, porque le saldrá por todas sus palabras. Un ser humano con verdadera fe en sus ideas las predicará sin abrir los labios, simplemente viviendo.

Está bien, claro, preocuparse por la marcha del mundo. Siempre que no sea una coartada para dispensarnos de cultivar nuestro propio jardín. Porque el día que nuestro jardín mejore, ya habrá empezado a mejorar el mundo.

Autor: José Luis Martín Descalzo

No hay comentarios.:

Google+