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Si Tu Matrimonio No Funciona, Procura Arreglarlo.

Chesterton ya lo decía: si tu matrimonio no funciona, procura arreglarlo.

De hecho es así como se hace con las cosas que tienen valor. Si tu casa tiene goteras: arreglas las tejas, no te cambias de vivienda. Si el reloj se para: vas al relojero a ver si con nuevas pilas sigue marcando las horas. Si se agota la gasolina del coche, no lo dejas abandonado en la calle, vas y repostas en la estación de servicio más próxima. Si tu bebé llora no vas y lo tiras por la ventana, si hay que darle el pecho o el biberón será una u otro el que pueda resolver el llanto.

La gente civilizada no suele tirar al traste las cosas que necesitan una reparación. Sin embargo, los divorcistas, como decía Chesterton, cuando oyen que un matrimonio no funciona, tienen la panacea: pues te separas. Yo te pregunto ¿has pensado en arreglarlo? Es seguro que eso es mucho más barato.

Como dice forumlibertas: en España los divorcios en 2005 llegaron a la escandalosa cifra de 140.000, un 10% más que el año anterior. Si se continúa ese ritmo el matrimonio va a ser como un campo minado que al menor grito o discusión repercute en separación y daño de los hijos.

Parece que ya no tenemos aguante, que nos hemos vuelto todos inflexibles o “perfectos” como para exigir al otro demasiado.

Hay muchas escenas de separaciones derivadas de las comparaciones: la mujer real o el marido que yo veo todos los días arreglado y sin arreglar; frente al compañero de trabajo o la vecina, que siempre veo arreglados y de visita. La persona que me recuerda que debo comprar las bombillas o la persona que se desvive porque le muestre las fotos de la niña, como si esa persona quisiese más a la niña que su madre.

En definitiva: se ha levantado la voz de alerta. Hay muchos torpedos sociales que pueden hacer fracasar el matrimonio si uno no se da cuenta a tiempo; los sentimientos se apegan y es inevitable; los amigos mal aconsejan; la sociedad te vende la felicidad hipotética, porque no te habla del coste económico, afectivo y de salud que los divorcios provocan.



Ing. Federico Rodríguez de Rivera Rodríguez
Colaborador de Pensamiento Católico

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por mandar estos pensamientos, no se como han empesado a llegar a mi email, pero cada vez que los leo, me dan fuerza para seguir adelante, gracias.

Anónimo dijo...

El artículo me pareció excelente ya que pone en la luz aspectos que la sociedad consumista y materialista ocultaban con un sinnúmero de falacias o verdades a medias. Soy uno de los pocas personas contemporáneas que creen el amor eterno. Quiera Dios que el mundo entienda que el que porque yo no vea no significa que no exista. Creen ingenuamente que porque una relación o varias fracasaron el amor no existe.Pero Dios y me experiencia me han demostrado la realidad objetiva del amor, y creo que cualquiera que lo busque sinceramente lo hallará pues Dios es Amor. Y parafraseando a lo que alguna vez dijo alguien, yo también podría decir que el no estar enamorado tal vez no sea un pecado, sino una desgracia.

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