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Las condiciones del diálogo interreligioso con los musulmanes

Ilaria Morali, desde hace diez años profesora de Teología Dogmática en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, participa activamente en la promoción del diálogo interreligioso en Turquía, en colaboración del experto en islam, el padre Maurice Bormanns, manteniendo fecundas relaciones científicas con docentes de Teología Islámica de Konya, Samsun y Estambul.

Usted acaba de regresar de Turquía. En el mundo intelectual en el que se ha movido, ¿qué ambiente ha podido percibir respecto a la visita del Papa?

Morali:[...] En mis diálogos [sin embargo] he podido constatar que, más allá de una aparente desconfianza, hay un gran interés por este Papa. Ha provocado un positivo salto de calidad en el diálogo islámico-cristiano, mostrando que la confrontación, si quiere ser verdadera, no debe tener miedo de tocar también puntos controvertidos o incómodos para ambas partes.

[...] Un colega musulmán, durante nuestro encuentro, afirmaba que «diálogo» se ha convertido en una expresión que ha sufrido una inflación, pues se usa sin venir a cuento.

En efecto, se ha perdido totalmente el sentido de lo que la Iglesia católica con Pablo VI quiso decir y hacer hablando de ello por primera vez en la «Ecclesiam Suam».

Y me parece verdadera la afirmación de mi colega. Muchos católicos han perdido el sentido exacto que el Magisterio atribuye al diálogo y han reducido su valor pensando y haciendo pensar también a los musulmanes que éste debería expresarse sustancialmente con gestos de amistad y solidaridad, evitando una confrontación serena pero difícil incluso sobre puntos dolorosos.

¿Por qué es tan crítica con algunas formas de diálogo interreligioso?

Morali: Recuerdo que el año pasado, en el momento del intercambio con la asamblea, una persona del público me preguntó si al menos podía aceptar que Mahoma fue el último de los profetas y el más grande. Dirigiéndome a un público compuesto de musulmanes, antes de responder, le pregunté a mi vez: «Si yo hiciera una pregunta análoga sobre Jesucristo, por ejemplo pidiendo a un profesor musulmán que admita al menos que Jesucristo es tan grande como Mahoma, ¿considerarían que es un buen musulmán si, por complacerme, me diera la razón? Ustedes preferirían --creo yo-- que fuera coherente con su fe incluso a costa de disgustarme con su respuesta. Pienso que ustedes quieren de mí una respuesta como mujer católica y no apreciarían una respuesta de componenda para complacerles. No me considerarían una buena cristiana católica. Por ello les respondo como cualquier católico debería responder: con sinceridad y serenidad».

Recuerdo que este razonamiento tocó cuerdas profundas en mis colegas musulmanes que me manifestaron un gran aprecio por la sinceridad y transparencia demostrada, y también por mi valor al darles una respuesta que ciertamente no era totalmente aceptable para un musulmán.

Un profesor me dijo: «doctora Morali, nosotros queremos dialogar con católicos de verdad, no con católicos a medias, aunque esto sea ciertamente bastante más difícil. Siga así, por favor».

Fuente: Zenit
Extracto de la entrevista a la teóloga católica Ilaria Morali, 2006-11-28

1 comentario:

XIMvad dijo...

hola, muy bueno el artículo solo que .. si bien citan la fuente, creo que sería de mucha ayuda que le pusieran también el enlace directo al artículo en mención.
Saludos.

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