jueves

Esfuerzos inútiles

Se nos presentan, como progresistas, ideologías que son muy antiguas. Hoy me referiré solamente a algún criterio del siglo XIX.


Quienes quieren arrebatar la fe en Dios a nuestro pueblo, no hacen sino copiar lo que Feuerbach, y algún otro, pensaban hacia 1840. Quería revelar al hombre su esencia, para darle fe en sí mismo. Pero para conseguirlo creía necesario derribar a Dios de la conciencia cristiana. Quiso poner un final a las ilusiones de la creencia religiosa. Afirmaba haber encontrado solución al problema humano. No había que buscar ya nada en el más allá.


Bakunin nos dirá que «el cielo religioso no es otra cosa que un espejo en el que el hombre, exaltado por la ignorancia y la fe, encuentra de nuevo su propia imagen, pero peraltada e invertida, es decir, divinizada». Presume que «en la historia el nombre de Dios es la terrible maza con la que los hombres, han aplastado a los grandes genios, la dignidad, la razón y la prosperidad de los hombres». Lo trágico es que Bakunin, que expresó estas ideas en 1843, defendía que el comunismo no es más que la realización, en el plano social, del humanismo de Feuerbach.

La historia ha demostrado que no fue la fe, sino esa ideología, aplicada en muchas naciones, durante largos años, la que produjo en millones de personas ese aplastamiento al que él aludía.

He denominado a todo esto «esfuerzos inútiles», porque Jesús nos prometió: «Estaré con vosotros cada día, hasta el fin de los tiempos». Entonces fue una promesa. Ahora, en el siglo XXI, es esa presencia una experiencia de todas las épocas.


Además de innoblemente blasfema, la frase de que «Dios es la terrible maza que ha aplastado», va contra la historia humana, que evidencia que las culturas que niegan a Dios son las que más daño han hecho a la criatura predilecta de Dios que es la persona humana.



D. Ricardo María Carles Gordó
Cardenal Arzobispo Emérito de Barcelona

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