Cada uno de nosotros debe tener claro que no se trata sólo de una necesidad del corazón, de una inclinación sentimental, sino que corresponde también a la verdad objetiva sobre la Madre de Dios.
María es la nueva Eva, que Dios pone ante el nuevo Adán-Cristo, comenzando por la anunciación, a través de la noche del Nacimiento en Belén, el banquete de bodas de Caná de Galilea, la cruz sobre el Gólgota, hasta el Cenáculo del Pentecostés: la Madre de Cristo Redentor es Madre de la Iglesia.
María es la nueva Eva, que Dios pone ante el nuevo Adán-Cristo, comenzando por la anunciación, a través de la noche del Nacimiento en Belén, el banquete de bodas de Caná de Galilea, la cruz sobre el Gólgota, hasta el Cenáculo del Pentecostés: la Madre de Cristo Redentor es Madre de la Iglesia.
Juan Pablo II
Cruzando el umbral de la esperanza
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