jueves

Educación sin Religión

En el momento en que los hombres comienzan a ocuparse más de la educación que de la religión, comienzan a ocuparse más de la ambición que de la educación.

Ya no es más un mundo en que las almas de todos son iguales ante el cielo, sino un mundo en el que la cabeza de cada uno está inclinada tratando de lograr una ventaja desigual sobre los demás. Entonces, comienza a existir una simple vanidad en el ser culto, en ser educado gracias al propio esfuerzo o al del Estado.

La educación debiera ser un proyecto que se da a un hombre para explorarlo todo, pero en especial las cosas más distantes de él mismo.

En cambio, la educación tiende a ser una luz concentrada que ilumina sólo al hombre mismo. Puede logarse algún progreso si volvemos luces concentradas, igualmente eficaces y tal vez vulgares, sobre un gran número de personas. Pero la única cura final es apagar las luces y dejar que el hombre descubra las estrellas.


G.K. Chesterton

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