jueves

San Tarsicio: El mártir de la Eucaristía


Fue el niño Tarsicio, que sucumbió en la persecución de Valerio el 15 de agosto de 257, apaleado y apedreado hasta exhalar el último suspiro.



Según se deduce de las actas de San Esteban Papa(1), el muchacho pertenecía a la clerecía del título de San Calixto y circulaba con frecuencia entre Roma y la vía Apia. Llevaba aquel día, como acólito, según la costumbre de la época de persecución(2), los sagrados misterios, ocultos bajo sus vestidos, a los presos de la cárcel Mamertina.



Un grupo de soldados que custodiaba la entrada de las Catacumbas le apresó y le reclamó lo que llevaba en el pecho. El niño rehusó hacer traición a su fe y dijo: 'No quiero dar a los perros rabiosos los misterios de Dios'. La bárbara soldadesca lo maltrató hasta que rindió su vida. El cadáver, recogido allí mismo, fue depositado en el cementerio de San Calixto(3).



El papa San Dámaso dedicó al mártir uno de sus poéticos epitafios(4):



'Cuando Tarsicio llevaba la hostia de Cristo, una turba desenfrenada intentó profanarla. Pero él prefirió exhalar su vida bajo los golpes antes de entregar como presa a los rabiosos perros los miembros celestes'




-----------------------------------------

1. cf. AAS, t.3 P 143‑144

2. cf. Duchesne, Lib. Pontif. 1,169,4

3. cf. De, Rossi, Roma Sotterranea t.2 P7 10 y 89 Roma 1867

4. cf. PL 13,392




No hay comentarios.:

Google+