"La familia es nuestra primera aventura, un lugar donde todo puede pasar."
Maya Angelou
Cuando piensas en la palabra “familia,” probablemente te imagines algo común: un grupo de personas que viven juntas y que deberían llevarse bien, ¿verdad? Pero, ¿es realmente así? La verdad es que la familia no es siempre un lugar tranquilo o cómodo. De hecho, lo genial de la familia es que está llena de diferencias y, a veces, hasta de caos.
No sé cómo es tu familia, pero apuesto a que no todos piensan igual. Quizá a ti te guste pasar horas viendo series, mientras que a tu hermano le apasiona el fútbol o tu hermana solo habla de K-pop. Esas diferencias, aunque parezcan molestosas, son lo que realmente hace que la familia sea especial. Cada uno aporta algo distinto, y eso nos prepara para el mundo real. Si todos pensáramos lo mismo ¡Sería aburridísimo!
Por eso, la familia es más parecida a un equipo de futbol: todos tienen un rol diferente y, aunque a veces peleamos o no estamos de acuerdo con la forma o estilos de juego, esa variedad nos ayuda a crecer. A través de esas pequeñas "batallas" diarias con nuestros padres o hermanos, vamos descubriendo quiénes somos y cómo enfrentar los desafíos fuera de casa. En palabras del famoso escritor G.K. Chesterton: “El hogar no es un lugar donde todo encaja perfectamente; es un campo de batalla, donde aprendemos lo que es ser verdaderamente humanos.”
En realidad no tenemos que esforzarnos mucho para encontrar algún ejemplo: Quizás tu sueño sea convertirte en una gran actriz, pero tu Madre no entiende por qué. ¿Es una pelea? Tal vez. Pero también es una forma de aprender a convivir con personas que ven el mundo de manera diferente. Así, poco a poco, la familia nos enseña a lidiar con lo que el resto de la vida nos va a traer.
Algo, muy importante, que debes entender: No puedes controlar todo. Seguro que ya te has dado cuenta de que muchas cosas ocurren sin que las hayamos planeado. Nacer en una familia es el primer ejemplo. No elegimos a nuestros padres, ni a nuestros hermanos, ni al lugar donde nacemos, pero ahí estamos, rodeados de personas que forman parte de nuestra historia personal. Es un poco como estar dentro de una película o un libro de aventuras donde no escribes el guion, pero aun así eres el protagonista.
Nuestras familias nos preparan para afrontar el mundo y sus desafíos. De repente, tienes que aprender a lidiar con las diferencias de quienes te rodean (compañeros de trabajo, amigos, parejas sentimentales, etc.) y tomar decisiones, incluso cuando no tienes toda la información. Este es el auténtico poder de la familia: te enseña a vivir en medio de la incertidumbre, a aceptar lo inesperado y a adaptarte a lo que viene, aunque no siempre sea lo que esperabas.
Al final del día, la familia es como la vida misma: está llena de sorpresas, de situaciones que no siempre puedes controlar. Y es justo eso lo que hace que vivir sea emocionante. En palabras de J.R.R. Tolkien: “No todos los que vagan están perdidos.” Cada miembro de la familia es como un misterio que vamos descubriendo poco a poco, y aunque a veces nos frustramos con sus decisiones, siempre nos dejan algo nuevo para aprender.
Así que la próxima vez que pienses que tu familia es demasiado rara, diferente o complicada, recuerda: esas diferencias son lo que hacen que todo valga la pena. El objetivo no es encontrar un lugar perfecto, sino aprender a navegar en medio del caos con la gente que te ha tocado. Esas batallas diarias, esas pequeñas discusiones o desacuerdos, son lo que te prepara para todo lo que está por venir. Es por ello que debemos siempre reconocer el valor que tiene en la sociedad.
Por ello: Salvemos a la Familia: Porque las Diferencias Nos Hacen Más Fuertes.
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