Las autoridades en la Iglesia deberíamos ser los primeros en romper el silencio."
Obispo Kay Schmalhausen.
Es hora de hablar del elefante en la habitación. Conversar de los aspectos más oscuros de la Iglesia no debería ser visto como un ataque, sino como un paso necesario hacia la curación y la verdad.
El testimonio del Obispo Kay Schmalhausen, lejos de ser un intento de destruir, busca exponer lo que se ha mantenido en silencio durante demasiado tiempo, como un rayo de luz que entra en una habitación oscura y revela lo que estaba oculto. Su historia no solo muestra el sufrimiento de quienes fueron víctimas de abusos dentro del Sodalicio de Vida Cristiana, sino que también señala una complicidad y un encubrimiento que han permitido que este mal persista en las sombras.
En sus palabras, el Obispo describe una “jaula invisible” que atrapó su mente desde muy joven, una prisión de control y manipulación. Habla del “año de infierno y horror” que vivió bajo la tutela de figuras como Germán Doig y Luis Fernando Figari, en un entorno donde el abuso no solo era tolerado, sino sistematizado. Esta experiencia, marcada por la violencia emocional y el despojo de la autonomía personal, es un testimonio que nos obliga a preguntarnos: ¿cómo puede una estructura religiosa, que se presenta como refugio de fe, convertirse en un lugar de dolor y abuso?
Lo que el Obispo Kay nos invita a hacer, no es solo tomar partido en un debate sobre la institución, sino mirar con sinceridad hacia el interior de una estructura que, a veces, parece haberse desviado del camino del Evangelio. En sus palabras, hay un llamado urgente a la transparencia, a la compasión por las víctimas y, sobre todo, a una conversión profunda de la Iglesia. La verdadera sanación solo puede empezar cuando reconocemos el mal que existe dentro de nuestra propia casa, y no cuando lo negamos o lo ignoramos.
Este artículo no es una denuncia vacía; es un grito por la justicia, un pedido para que la fe, herida por el silencio y la indiferencia, pueda florecer nuevamente. La Iglesia no puede sanar si no está dispuesta a enfrentar sus propios demonios. No se trata de condenar, sino de transformar, de restaurar lo que ha sido roto.
Si alguna vez te has preguntado cómo la fe puede sobrevivir a la adversidad, cómo la luz puede penetrar las sombras más profundas, este testimonio es una invitación a la reflexión. ¿Cómo podemos, como comunidad de creyentes, hacer que la fe no se convierta en un refugio para el mal, sino en un espacio de verdadera compasión y justicia?
Te invitamos a leer el artículo completo y sumergirte en esta reflexión profunda. Es un paso hacia la comprensión, hacia la verdad, y hacia una Iglesia que pueda realmente ser fiel a sus principios.
Lee por favor, el articulo completo aquí:https://www.religiondigital.org/opinion/Caso-Sodalicio-obispo-figari-denuncias-silencio-vaticano-parolin-carballo-schmalhausen-omerta-peru_0_2734826498.html
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